Las palabras del abuelo José Luis Pérez, curandero de la comunidad indígena Nuevo Milenio, resuenan con fuerza y sabiduría ancestral. En ellas se encierra la profunda conexión que los pueblos indígenas han mantenido con la naturaleza a través del uso sagrado de las plantas medicinales.
Más que simples remedios, estas plantas representan un vínculo con la historia, la cultura y la cosmovisión indígena. Su uso no se limita a aliviar dolencias físicas; es un acto de profundo respeto hacia la Madre Tierra y sus dones, un ritual que involucra conocimiento, responsabilidad y conexión espiritual.
El conocimiento sobre las plantas medicinales se ha transmitido de generación en generación, como un tesoro invaluable que guarda la esencia de la identidad indígena. Es una herencia que debe ser preservada y compartida, no solo para mantener la salud de las comunidades, sino también para fortalecer su cultura y tradiciones.
Lamentablemente, este legado ancestral se encuentra en peligro de extinción. La medicina moderna y la pérdida de prácticas tradicionales han hecho que muchos jóvenes indígenas se alejen de este conocimiento. Sin embargo, la labor de abuelos y abuelas como José Luis Pérez es fundamental para mantener viva la llama de la medicina ancestral.
Es por ello que resulta crucial apoyar y promover iniciativas que fomenten la revitalización de este saber ancestral. A través de talleres, intercambios intergeneracionales y documentación del conocimiento, podemos asegurar que este legado no se pierda en el olvido.