Los isode ruwa (sabios) fueron los primeros Tta`äratu (guardianes) de Teärime, Siri´koi, Aerime, Suititi, que es como los uwottüja llaman a su territorio ancestral.
Desde tiempos inmemoriales, los Uwottüja, un pueblo indígena del Amazonas venezolano, han habitado y protegido su territorio ancestral, Teärime, Siri´koi, Aerime y Suititi, un área sagrada coronada por el Autana, el «árbol de la vida». Para ellos, esta tierra no es solo un pedazo de suelo, sino el hogar de los espíritus, origen de la vida y un legado que deben preservar para las futuras generaciones.
En el pasado, la defensa del territorio Uwottüja recaía sobre los isode ruwa (sabios), quienes, a través de su profunda conexión espiritual con la naturaleza, mantenían el equilibrio y la armonía en su entorno. Su sabiduría ancestral les permitía comprender los mensajes del «Kuäwäi o Kaliebirri-nae», el «árbol de la vida», y guiar a su pueblo en la protección de su tierra.
“Los sabios vienen de una u otra manera a preservar un nuestro territorio, cuidarnos la naturaleza y su conexión con el creador era mucho más directa, porque por su conocimiento ellos recibían informaciones, bendiciones y orientaciones de cómo debían educar también a la futura generación para la defensa del territorio”, cuenta el profesor Alirio López, coordinador de educación de la Organización Indígena Pueblo Unido del Sipapo-OIPUS, la principal organización del pueblo Uwottüja en Amazonas.
A partir de la década de 1960, la llegada de la sociedad dominante marcó un punto de inflexión.
La introducción de nuevos idiomas, la escritura y la educación formal occidental transformaron la forma en que los Uwottüja se relacionaban con su territorio. La lucha por la defensa ancestral adquirió una nueva dimensión, pasando de lo místico a lo material.
“El encuentro con la nueva realidad, con la nueva sociedad y cuando se empieza a generar diversas situaciones de conflictos, la lucha es mucho más física, pues es de mayor gravedad porque hay un enemigo visible como el caso del turismo, con las primeras ichákuäwa (extraños) que visitaron nuestro territorio saquearon los cementerios sagrados buscando piedras preciosas, porque alguien le comentaba que los sabios cuando morían se llevaban las piedras preciosas”.
Ante la amenaza de extracciones minerales, turismo irresponsable y la presencia de grupos irregulares, la comunidad Uwottüja decidió tomar cartas en el asunto. En febrero de 2020, se fundó la Guardia Territorial Indígena Uwottüja, con el objetivo de proteger su territorio ancestral y garantizar su futuro.
La Guardia Territorial, bajo el liderazgo de Virgilio Trujillo, se instaló en dos puntos estratégicos: Pendare y Caño Guama, desde donde monitoreaban el acceso a las zonas mineras del Alto Guayapo. Sin embargo, esta lucha por la defensa territorial tuvo un alto costo. El 30 de junio de 2022, Virgilio Trujillo fue asesinado en Puerto Ayacucho, lo que provocó un duro golpe para la Guardia y las organizaciones indígenas.
A pesar del dolor y la desolación, los Uwottüja no se rindieron. Conscientes de la importancia de preservar su legado ancestral, han retomado la lucha con nuevas estrategias. Han incorporado a jóvenes indígenas como guardaparques y han buscado el diálogo con las autoridades para recuperar el control de su territorio.
El Kaliebirri-nae, el «árbol de la vida», sigue siendo el símbolo de la resistencia Uwottüja. Su presencia inspira a las nuevas generaciones a continuar la lucha por su tierra, su cultura y su futuro. La historia de la Guardia Territorial Indígena Uwottüja es un ejemplo de la tenacidad y el compromiso de un pueblo por defender su legado ancestral en un mundo cada vez más amenazante.