El 5 de septiembre se rinde homenaje a Bartolina Sisa, guerrera indígena asesinada el 5 de septiembre de 1782.
En la actualidad, las mujeres indígenas continúan enfrentando luchas desiguales en su vida diaria, en una sociedad que las excluye de la educación y del mercado laboral y limita su derecho a la salud.
Se estima que el 25% de las mujeres indígenas son analfabetas y sólo asisten a la escuela un promedio de cinco años.
Las mujeres indígenas tienen una tasa de mortalidad materna tres veces mayor que la de las mujeres no indígenas, en parte debido a la falta de acceso a programas de salud en sus comunidades de origen.
En el contexto humanitario que vive Venezuela y los pueblos indígenas, la migración y el accionar de grupos armados son dos factores que aumentan la vulnerabilidad de las mujeres indígenas.
Las mujeres migrantes indígenas suelen viajar con sus hijos y en muchos casos incluso están embarazadas, lo que las coloca en una posición aún más vulnerable. Viajar sin los documentos requeridos en los cruces fronterizos legales aumenta la probabilidad de viajar por rutas irregulares e inseguras y con ello el riesgo de convertirse en víctima de abuso, agresión, violencia, explotación laboral y prostitución.
Otro factor de riesgo es la situación de violencia en las comunidades indígenas cercanas a las zonas donde se desarrolla la minería ilegal. Cada vez son mayores las denuncias de abuso, violación, explotación laboral y sexual a mujeres indígenas en estas zonas del Arco Minero.
En estos contextos violentos, las mujeres indígenas han soportado asesinatos, reclutamientos, la desaparición de hijos, maridos u otros familiares, amenazas para defender sus derechos o el terror de presenciar enfrentamientos armados, quedando cada vez más aisladas e impedidas de realizar sus actividades cotidianas como ir a sembrar o cosechar, o a los ríos o caños a buscar agua por la invasión de sus tierras.
A pesar de estos flagelos, la mujer indígena venezolana continúa siendo pilar en la conservación de la cultura en su familia y comunidad, sobreponiéndose a la vulneración acumulada de sus derechos.