Las mordidas de murciélagos se agudizan en la población, los niños son los más afectados por los ataques que se aumentan en la oscuridad, potenciado por la falta de luz en las comunidades.
Derrames, miedo y zozobra son parte de las reacciones que generan las mordidas de murciélagos en la población indígena de Bonoina, el hecho fue confirmado este por Abel Ávila, docente de la comunidad asentada en la parroquia Manuel Renauld del municipio Antonio Díaz del estado Delta Amacuro.
Según la versión de Ávila, todas las noches, la oscuridad se apodera de los hogares y estos animales invaden las casas atacando a las personas mientras duermen.
En su descripción, Ávila asegura que estos animales producen heridas que ocasionan fuertes derrames.
“Son a diario las mordidas de murciélagos, los niños son los más indefensos y los padres se percatan cuando ya han derramado la sangre por la herida” sostiene.
La falta de lámparas propicia la proliferación de estas aves nocturnas.
Además, Ávila señala que los ataques son repetitivos “hay niños que han sido atacados e innumerables veces, un niño de 12 años ha sido víctima durante 11 veces.
“En los últimos cuatro o tres años, han fallecido cinco niños por leucemia en la comunidad y los padres aseguran que todos fueron víctimas de ataques de murciélagos mientras dormían” aseguran.
Sin embargo, la población desconoce a ciencia cierta las consecuencias que pudieran generar las heridas de estos murciélagos. Representantes de otras comunidades también han alertado sobre la misma situación.
Bonoina tiene 10 años a oscuras porque el generador eléctrico está dañado.
Al menos, 800 personas son vulnerables de sufrir heridas nocturnas por ataques de murciélagos en esta comunidad.