Al menos 220 consultorios populares ubicados en los caseríos indígenas de los municipios Antonio Díaz, Pedernales y la parte fluvial de Tucupita desaparecieron en los últimos cinco años.
Los hospitales tipo l ubicados en el municipio Antonio Díaz del estado Delta Amacuro han pasado los últimos cinco años sin medicinas, ni insumos médicos; los centros de salud sólo tienen infraestructuras en tres de las comunidades más pobladas del bajo Delta.
Este 2 de noviembre la población warao fue sorprendida por el anuncio de la gobernadora del estado Delta Amacuro sobre la entrega de ambulancias para el sector fluvial de los municipios de la entidad “entregaremos próximamente las ambulancias fluviales a los municipios Antonio Díaz y Pedernales, totalmente repotenciadas para salvar vidas” prometió.
Dirigentes indígenas reaccionaron cuestionando la promesa, recordando los 5 años de abandono en los que están sumergidos los centros de salud, sin ambulancias para el transporte fluvial para el traslado de las emergencias.
Un dirigente indígena que pidió no ser identificado recordó que en esta apartada geografía se encuentran tres centros de salud con excelentes infraestructuras: “no hay medicina, las enfermeras atienden los partos con antorchas o con linternas si es que se consiguen linternas”. En su testimonio asegura que los indígenas waraos mueren de mengua ante la falta de asistencia en sus comunidades.
El reclamo de la dirigencia warao sobre la ausencia de la atención primaria en las comunidades waraos es constante. Enrique Moraleda ha sido una de las voces que ha denunciado la omisión del Estado venezolano en el cumplimiento del derecho a la salud de los waraos tipificados en los artículos 119 al 126 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Asimismo, el dirigente Mónico Campero denunció la muerte de indígenas waraos por tuberculosis en las comunidades de Santa Rosa de Araguao y San Antonio en la parroquia Santos de Abelgas. Campero fue enfático al señalar la muerte de Argelio Martínez de 34 años de edad por la enfermedad, sin ningún tipo de atención por falta de transporte para el traslado de los afectados.
Según la Revista venezolana de Salud Pública, para finales de 2018, en la comunidad de San Francisco de Guayo, la prevalencia en niños menores de 15 años era de hasta 60 % de tuberculosis pulmonar. De acuerdo al testimonio de los waraos, el hospital Luis Gómez de Nabasanuka y el de Curiapo permanecen sin medicina y sólo el hospital de San Francisco de Guayo cuenta con algunas medicinas por la administración de las monjas terciarias capuchinas.
El abandono de la atención de salud primaria afecta seriamente a dos municipios del estado Delta Amacuro: municipios Antonio Díaz y Pedernales con una población aproximada de 45.000 habitantes.